EL PODER DEL MIEDO

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VOCES INOCENTES y SALVADOR, dos películas que nos sitúan en la guerra civil salvadoreña en 1980, a continuación mi análisis:


Son Solo Números

Cientos de cadáveres yacen en la tierra, nadie sabe con certeza el cruel modo en el que acabó sus vidas, pero están ahí como objetos sin valor, ¿se ha perdido el respeto por la vida humana? Bajo la premisa de "el fin justifica los medios", en El Salvador, parece que muchas personas han adoptado esta idea. Una sociedad que no está preparada para lo que enfrenta, ninguna lo está en realidad, si debe vivir con el miedo de saber que ellos podrían no volver o cualquiera de sus familiares podría salir de casa y no volverse a saber nunca más de ellos. La escena de una madre reconociendo en un "álbum" de imágenes a su hijo muerto y desfigurado resultaría desgarradora para cualquiera, aunque aquí parece que a muchos militares o guerrilleros les es tan cotidiano que ahora es normal.

Están acostumbrándose a esta vida intranquila, inhumana. Las mismas personas que reclamaron por sus derechos y abusos cometidos hacia ellos, son ahora quienes abusan y violan los derechos de otro sin razón alguna. Parece que ante cualquier otra amenaza, la peor de todas del hombre es el hombre mismo. Llegando al punto de ser capaz de violar y asesinar sin ningún remordimiento a mujeres inocentes, o atentar contra la vida de quienes buscan la paz y tranquilidad para sus semejantes, como el arzobispo que murió firme cumpliendo con su misión.En este contexto no solo se refleja la realidad de El Salvador, sino de muchos países de Latinoamérica, incluso de algunos que aún viven sumergidos en esa agonía que parece no tener fin.

Boyle es irreverente, es una versión pervertida de lo que un periodista debe ser. Aunque entre sus extraños modos de actuar aún demuestra su vocación. Es una visión desde afuera, no es su país, no es su realidad. Pero parece que el único modo de entenderlo un poco y medir la gravedad de estos hechos es adentrándose. Movido gracias a contactos e impulsado por el dinero, el sexo y las drogas emprende esta travesía. Se ve separado de personas a las que quiso, vio morir a sus compañeros. De este modo abre los ojos, solo así se puede entender que no es como en su país, porque ahí y en ese momento, no era un ser humano, era simplemente un número más, como todos los que si no seguían la ideología planteada carecían de valor y eran simples estorbos en el camino a... ¿una sociedad mejor?


Siempre Hay Esperanza

Destruir la niñez de un ser humano, obligarlo a ser uno más de ellos y a mantenerlo tan cerca de la muerte a su corta edad, mientras que, quizás, realmente su mayor preocupación debería ser que se haya roto alguno de sus juguetes. En cambio, están condenados a convertirse en enemigos de los que fueron sus pequeños amigos en algún momento, a ver morir a sus mejores amigos y a vivir una vida que no les corresponde, tomando, por ejemplo, el papel del "hombre de la casa", ya que se encuentran abandonados por sus padres. Se ve la destrucción de las familias y la gran incertidumbre en la que viven, no sintiéndose seguros en ningún lugar.

Miedo a crecer, obligados a hacerlo a los 12 años. No olvidemos que finalmente son niños y si algo simbolizan inevitablemente es la esperanza de un mejor futuro, inocencia y ternura, que, aunque estos niños de El Salvador tienen una vida más dura, es algo que no se les puede arrancar. El Chava es eso, es responsabilidad y ganas de ayudar en su familia, pero al mismo tiempo, es quien puede alegrar a su hermano pequeño para que sea más llevadero el terror que vive o que tiene la facilidad de sentir que todo está bien con una canción que quiere compartir con los demás. Efectivamente los niños son esperanza, lo demuestran al subir a los techos impulsados por el miedo a ser reclutados, pero que finalmente crean un arcoiris de vida, donde se sienten protegidos, donde ese entorno del miedo desaparece por un momento y solamente conversan u observan las estrellas esperando que el día siguiente sea mejor.


¿Realmente Hemos Cambiado?

Muchos de estos hechos sin duda reflejan la terrible realidad que se vivió en el Perú durante el auge del terrorismo, que ha dejado huellas inborrables, en pérdidas humanas y daños psicológicos. Terror, es justamente este el modo en el que adquieren gran poder y por el otro lado, sumisión de la gente que defiende su vida, de este modo cobarde porque no pueden luchar con ideas, sino con violencia y armas. Pero aunque estos abusos han disminuido inmensamente, aún no somos totalmente felices o vivimos en armonía. Es que ahora no solo existe un maltrato físico directo, también existe la indiferencia, la marginación, el olvido. ¿son ellas, acaso, menos dañinas que un golpe físico?

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